miércoles, 7 de septiembre de 2016

Cinco claves para invertir como Warren Buffett

Probablemente, Warren Buffett no sea el mejor inversor de la historia. James Simons, de Reinsassance, ha tenido largos periodos por encima del 35% anual, mientras que Georges Soros o John Paulson también han hecho operaciones increíbles que superan al 'Oráculo de Omaha'. Sin embargo, Buffett, con su 18% anual de promedio a lo largo de 30 años es considerado uno de los mejores inversores del mundo, y probablemente sea hoy en día la voz más autorizada en el mercado de valores. ¿Qué tiene de especial y cómo podríamos imitarle?


Según explica Ángel Faustino en su obra "Invertir tus ahorros y multiplicar tu dinero" de la colección 'Para dummies' (Deusto), una de las claves es que Buffett no hace nada complejo a la hora de invertir. Compra acciones corrientes y molientes y luego se sienta a esperar a que el mercado las valore. Sus métodos ni se acercan a la complejidad de los analistas financieros. Mucho tiene que ver en esta filosofía su formación con Benjamin Graham, su profesor en Columbia y de quien aprendió la diferenciación crucial entre valor y precio. También tiene influencias de Keynes, quien además de economista brillante fue un gran inversor. De él aprendió la importancia de gestionar una cartera muy reducida, con pocos negocios pero que se comprendan a la perfección. Los aspectos más relevantes en la filosofía de inversión de Buffett, según Faustino, son los siguientes.
1.- Invertir desde una perspectiva empresarial
Warren Buffett solo invierte en negocios que entiende y con beneficios predecibles a largo plazo. De hecho, no le pilló la burbuja puntocom porque, como el mismo dijo, "no entendía lo que hacían" estas compañías, y si no tiene muy claro la actividad empresarial, las inversiones las desecha. Por eso se entiende que haya apostado por firmas como McDonalds o Coca Cola, que todo el mundo sabe lo que hacen. Buffett distingue entre las empresas "commodity", que tienen un producto basado en el precio, y las empresas "excelentes", que tienen un monopolio del consumidor (en inglés, economic moat o foso económico). Estas últimas compañías tienen una fuerte ventaja competitiva, si bien Buffett prefiere que esa ventaja resida en los activos intangibles (valor de marca) antes que en una fuerte inversión en bienes de equipo. Prefiere que estén poco endeudadas y busca sobre todo en los sectores de alimentación, medicinas, tabaco, bebidas o prensa. 
2.- El precio determina la rentabilidad de la inversión
Para Buffett hay un mandamiento grabado a sangre y fuego. "El precio que pagues determinará si tu inversión va a ser buena o mala. Paga menos y obtendrás más, paga más y obtendrás menos". Y la forma en que el Oráculo de Omaha decide si el precio es bueno no es con el tradicional y muy usado PER (ratio precio/beneficio) sino con su inversa, el beneficio por acción BPA o EPS (earning per share, en inglés). Considera de su propiedad los beneficios de una empresa, tanto si reparte dividendos como si no. 
Por ejemplo, si paga 25 euros por una acción y esa empresa gana 5 euros por título, considera que la rentabilidad de su inversión es del 20% (5/25 x100). En términos de PER, tendríamos un ratio de 5 (25/5), es decir, estaríamos pagando 5 veces el beneficio de esa acción; pero a Buffett no le importa si en ese momento el mercado no lo ve o los beneficios se quedan sin repartir. Los valora tanto si se reparten como si quedan en forma de reservas. Por el contrario, si el mercado está muy caro y pagas 40 euros por la acción, la rentabilidad en los términos que aplica Buffett sería del 12,5% (5/40 x100) y se estaría pagando un PER de 8 veces (40/5). Sin embargo, si se ha producido una fuerte caída del mercado (el momento ideal para Buffett) y se ha comprado barato (por ejemplo, a 10 euros) la rentabilidad sería del 50% (5/10 x100) y se estaría pagando un PER de 2 veces (10/5). 
El precio es completamente clave en la filosofía Buffett. Hasta el punto que si el inversor encuentra una empresa excelente, dirigida por los mejores directivos del mundo, con un producto sin igual y con unas expectativas muy brillantes, pero está cara, no la comprará. La seguirá y esperará una caída (lo que sabe seguro que terminará por llegar tarde o temprano). No en vano, dice Ángel Faustino, "una de las características del estilo Buffett es la paciencia". Y el famoso inversor tiene la virtud de esperar lo que haga falta a que el precio baje a niveles que considera razonables. 
3.- Crecimiento de los beneficios por acción
De lo anterior se deriva que el crecimiento de los beneficios por acción es una variable determinante en el universo del famoso inversor. Por eso, busca compañías con altas tasas de crecimiento en el beneficio por acción, puesto que este es el principal factor que afectará a la cotización en el futuro. 
En el ejemplo anterior (beneficio de 5 euros por título y cotización a 25 euros) suponemos que la empresa conseguirá un BPA del 10% compuesto anual durante los próximos cinco años. Esto significa que estimamos que el BPA dentro de cinco años será de 8,05 euros. Si el PER histórico de esa empresa o sector es de 5 veces, y estimamos que seguirá así, Buffett diría: Precio futuro por acción = PER estimado x BPA estimado
En el ejemplo, el precio futuro sería 5 x 8,05 =40,25 euros por acción. Si comparamos la cotización actual con el precio futuro calculado de este modo, las expectativas de beneficio dentro de cinco años serían del 61%. 
4.- Pocas empresas en cartera
Warren Buffet considera que la diversificación es para los inversores que no tienen las ideas claras. De hecho, ignora por completo la teoría moderna de carteras, y de ahí viene el rechazo frontal a la diversificación. Cuando empezó a invertir, seguía las ideas de Benjamin Graham, quien a su vez miraba el precio y poco más. Pero eso a Buffett no le gustaba, veía que no controlaba la cartera con tantas empresas y tantos sectores. Y lo que es peor, compraba malas empresas, que si eran baratas a la hora de adquirirlas, lo eran todavía más en el momento de venderlas. Por eso, influido por Fisher y Keynes, se concentró en las empresas excelentes, los "fosos económicos". Por poner un ejemplo, uno de los mayores excesos de Buffett se dio en la década de los 60 con American Express, que tuvo una caída muy importante en bolsa. Entonces, Buffett decidió invertir el 40% de su capital para comprar el 5% del banco. La jugada le salió bien y tuvo fuertes plusvalías, pero al fin y al cabo, invirtió casi la mitad de su patrimonio en una sola apuesta. Y para eso, hay que estar muy seguro. 
5.- La importancia de la honestidad
Una de las máximas que suele emplear Buffett es la siguiente: "Debería invertir en un negocio que hasta un tonto pudiera dirigir, porque algún día lo hará". Esto significa que el famoso inversor busca negocios a prueba de incompetentes, empresas buenas que ni los más negados gestores puedan hundir. Como la Coca Cola, la bebida más universal del planeta que seguirá siendo comprado dirija quien dirija la compañía. Pero también otra de las máximas favoritas de Warren Buffett es que "no se puede hacer un buen trato con una mala persona". Y de aquí se deriva una importante lección. El Oráculo de Omaha no tolera a las malas personas. 

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